Pese a que, después de rodar la decepcionante SPECTRE (Sam Mendes, 2015), aún le queda una película más de contrato a Daniel Craig para ser James Bond, la posibilidad de que el famoso espía británico cambie de rostro es su entrega número 25 es algo que se lleva barajando desde hace meses; concretamente, desde que Craig afirmó que preferiría cortarse las venas a volver a interpretar al personaje. No obstante, siendo actualmente el James Bond más taquillero -Skyfall (Sam Mendes, 2012) llegó a superar los 1.000 millones -, es bien sabido que Sony Pictures no quiere dejarle escapar tan fácilmente; incluso se han oídos rumores descabellados que decían que habían llegado a ofrecerle hasta 150 millones de dólares si volvía para dos películas más.
No obstante, estas declaraciones no han aplacado mucho los continuos rumores y especulaciones sobre que tengamos tengamos un nuevo James Bond en la nueva entrega. Tom Hiddleston, Henry Cavill, Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch u Orlando Bloom están entre los nombres que más suenan. Claro, que también hay especulaciones sobre que el personaje cambie de raza y tengamos un James Bond negro, con Idris Elba como principal candidato, e, incluso, que cambie de sexo con su versión femenina, Jane Bond; actrices como Gillian Anderson o Emilia Clarke ya han mostrado su interés.
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