Los Piratas triunfan sin brillo y los Vigilantes se hunden, aunque pueden reflotar

La quinta entrega de la saga Piratas del Caribe se ha estrenado este fin de semana en EEUU y gran parte del mundo -incluida España -y, tal y como se esperaba, se he hecho con el primer puesto en la taquilla estadounidense, recaudando 77 millones de dólares en territorio americano, a los que hay que unir 208 millones más recaudados en el resto del mundo, haciendo una taquilla global de 285 millones de dólares.

Un éxito en toda regla. Sin embargo, si comparamos su arranque con el de las anteriores, vemos que su estreno es el segundo más flojo de la saga, solo superando a la primera entrega, Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra (Gore Verbinski, 2003); y esta no cuenta mucho, ya que, hace 14 años, Piratas del Caribe todavía no era una franquicia millonaria. Con su presupuesto de 230 millones, más lo que se han gastado en publicidad, la película, sin duda, va a depender mucho de la taquilla internacional. A todo esto no ayuda las malas críticas que está recibiendo ni la respuesta tan poco entusiasta del público.

Una muestra de que la fórmula empieza a agotarse por mucho que quieran volver a los orígenes. Aunque, peor le está yendo al otro estreno de la semana, Baywatch. El reboot cinematográfico de la serie Los Vigilantes de la Playa ha arrancado en el tercer puesto de la taquilla americana con 27 millones de dólares y en el resto del mundo aún no ha llegado ni al millón de dólares. Además, las críticas también están siendo muy malas -algo que ha cabreado a Dwayne Johnson -. No obstante, la película ha costado 69 millones de dólares y, de momento, los países en que se ha estrenado son pocos y no son mercados muy importantes. La película de Seth Gordon aún tiene que estrenarse en muchos países a lo largo del próximo mes de junio, así que es más que probable que la taquilla internacional la salve del fracaso.