La casi total ausencia del T-Rex en las promociones de Jurassic World ha sido fuente de muchos rumores. Uno de los más extendidos es la posibilidad de que se trate del mismo T-Rex que vimos en la primera película, la maravillosa Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993). Estos rumores aumentaron cuando se le vio brevemente en el último tráiler y parece que se pueden ver en él las cicatrices que le dejó el Velociraptor en la maravillosa escena final.
Vale que este dinosaurio híbrido creado por el hombre es más grande y más inteligente. Pero, como nos suele ocurrir a los humanos, puede que esto le haga subestimar a enemigos que cree inferiores y se vuelva más imprudente y temerario, lo que sería una clara desventaja contra los años de experiencia de un animal que se mueve completamente por instinto. Porque yo quiero creer que el de Parque Jurásico III (Joe Johnston, 2001) era un T-Rex más joven e inexperto y por eso sucumbía ante el Spinosaurio, no porque este fuera más grande.
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