Todo este lío que ahora en Hollywood de denuncias y acusaciones de acoso sexual surgidas a raíz del escándalo Harvey Wenstein empieza a tener consecuencias. Este sábado, el gremio de productores americanos, el Producers Guild of America (PGA), aprovechó la entrega de sus premios anuales, los PGA Awards, para anunciar una serie de nuevas políticas destinadas a combatir el acoso sexual.
Y,
según informa Rebecca Keegan, corresponsal de
Vanity Fair, la primera película que adoptará estas medidas será la secuela de
Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017). Recordemos que la segunda entrega de la famosa amazona ya estuvo en el ojo del huracán en este tema cuando Warner Bros. rompió su relación comercial con Rat-Pac Dune Entertainment, la compañía de Brett Ratner -cineasta acusado de acoso -, coincidiendo con unos rumores que afirmaban que Gal Gadot había amenazado con no protagonizar la película si Ratner estaba involucrado en ella.
Sobre este nuevo paso que ha dado el PGA, a mí todo esto me da cierto temor de que pueda ser más un nuevo código de autocensura -algo que le gusta mucho a Hollywood -en lugar de una herramienta para luchar contra ese acoso sexual que lleva produciéndose muchos años y que muchos parecen haber descubierto ahora. Además de que esto pueda perjudicar a muchas personalidades de la industria cuyos gestos se malinterpreten como acoso; algo que han denunciado un centenar de actrices francesas con Catherine Deneuve a la cabeza. Ya veremos como acaba esto.
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