Vuelta al culebrón

Se acabaron las buenas noticias en torno a El Hobbit. Todo iba viento en popa, Peter Jackson y el estudio New Line Cinema habían resuelto sus diferencias y, junto a MGM, habían puesto en marcha dos películas -rodadas simultáneamente -que iban a estar dirigidas por Guillermo del Toro y producidas y supervisadas por Jackson. Con la huelga de guionistas recién terminada, todo indicaba que las películas, como estaba previsto, se rodarían en 2009 con vistas a estrenarse en 2010 y 2011, respectivamente.

No obstante, se ha sabido recientemente que la Tolkien Estate, sociedad poseedora de los derechos literarios de la obra de Tolkien -los cinematográficos los tiene, desde 1969, MGM - y representante de los herederos del famoso escritor, junto con Harper Collins -la editorial que publicó por primera vez las novelas de Tolkien -, han demandado a New Line acusándoles de no haberles pagado lo que les debían, un 7,5 % de los beneficios de las tres películas de El Señor de los Anillos -que axcienden ya a mas de 6000 millones de dólares -. Lo malo es que los demandantes no se quedan ahí, ya que también piden que se paralice cualquier producción inspirada en los textos de Tolkien donde esté involucrada New Line, lo cual incluye las dos películas de El Hobbit, cuyo futuro es ya incierto.

No sé si los de New Line son demasiado tacaños o los de Tolkien Estate demasiado codiciosos, no pienso entrar en ningún debate de quién tiene razón o no. Lo único claro es que de no resolverse esto, las películas de El Hobbit quedarán aplazadas o, en el peor caso, serán suspendidas. Desde luego, si querían tocarme las narices lo han conseguido.