LA HEROINA QUE ESTÁ DISPUESTA A LUCHAR POR EL CINE QUE LE GUSTA CAIGA QUIÉN CAIGA

martes, 2 de abril de 2013

Ha muerto Jesús Franco

Esta misma mañana, el cineasta español Jesús Franco ha fallecido en Málaga a los 83 años de edad después de varios días en un estado semicomatoso tras ser ingresado el pasado miércoles al sufrir un accidente cerebrovascular isquémico. Aunque no goza de la fama o el reconocimiento de otros directores españoles, Franco ha sido uno de los mejores y mas influyentes cineastas que ha dado nuestro país. Con una filmografía cercana a las 200 películas y admirado por cineastas como Quentin Tarantino, Franco se caracterizó por ser un espíritu libre que hacía las películas que quería y con un estilo propio aunque eso supusiera rodar con poco dinero.


Nacido en Madrid, en 1930, Franco comenzó su carrera trabajando como compositor y ayudante de dirección para directores como Juan Antonio Bardem, León Klimovsky o Luis García Berlanga. Su primera película fue Tenemos 18 Años (1959), donde tuvo a sus órdenes a interpretes como Antonio Ozores o Terele Pávez, pero fue su sexta película, Gritos en la Noche (1962), la que le trajo el éxito. Exiliado de España debido a problemas con la dictadura, continuó rodando películas en extranjero, logrando un gran éxito con la película Necronomicón (1968), que llegó a ser presentada en el Festival de Berlín.


Sin embargo, tanto la crítica y el público empezaron a rechazar sus películas y a despreciar su particular forma de dirigir, terminando por darle la espalda. Pero, lejos de desanimarse, esto le hizo volcarse en un cine mucho mas independiente rodado con muy bajo presupuesto donde actuó con una libertad total, rodando una gran cantidad de películas en un corto espacio de tiempo; eran tantas las películas de él que se estrenaban en un mismo año que tuvo que firmar algunas con distintos seudónimos para no dar imagen de saturación. Sus películas eran principalmente de terror con una gran cantidad de erotismo; aunque también trabajó otros géneros, como el cine negro, el cine de aventuras o la comedia.


Llegó a trabajar con el mismísimo Christopher Lee, con quién rodó dos películas de Fu Manchú y hasta su propia versión de la novela de Bran Stoker, El Conde Drácula (1970). También fue ayudante de dirección de Orson Welles en la película Campanadas de Medianoche (1965) y en algunos proyectos del cineasta que quedaron inacabados, como esa versión de Don Quijote de la que, en 1992, hizo un montaje para la Expo de Sevilla de ese año.


Otra cosa que ha caracterizado a Franco es su enorme actividad que le ha llevado a seguir dirigiendo películas incansablemente hasta último momento; su última película Al Pereira vs. the Alligator Ladies, data solo de 2012. Tiene muchos seguidores entre los amantes del cine de terror y la serie B, pero nunca he recibido el reconocimiento que se merecía; especialmente en nuestro país. La academia de cine se acordó de él en 2009 entregándole el Goya Honorífico; aunque el comportamiento del público durante el acto fue lamentable.


Para mi se ha ido uno de los mas grandes y alguien a quién siempre he admirado mucho. Un espíritu libre que hizo siempre lo que quiso a pesar de que muchos quisieron impedírselo. Desde luego, el mundo del cine ha sufrido una gran pérdida que va a ser difícil recuperar. Afortunadamente, nos queda su legado.



DESCANSE EN PAZ


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