Si alguien había pensado que Mamoru Oshii había cambiado su opinión positiva sobre que Scarlett Johansson protagonizara Ghost in the Shell, está muy equivocado. Oshii estuvo presente en parte de la producción de la película y alabó en su día el trabajo de Scarlett como Motoko Kusanagi mientras que en occidente muchos echaban espuma por la boca porque no hubieran elegido a una actriz asiática para el papel. No obstante, meses después de que la película se estrenara y que fuese un fracaso crítico y comercial, muchos podrían haber llegado a entender que el director de la película anime de 1995 se retractaría de una forma parecida a como hizo James Cameron con Terminator Génesis (Alan Taylor, 1995).
Para él, el problema de la película no radica en el reparto, sino en la forma de rodar en Hollywood; algo en lo que coincide plenamente con los directores Kenji Kamiyama y Kazuchika Kise. Oshii afirma que se sintió muy desconcertado al ver como los estadounidenses ruedan muchas tomas para una misma escena, muy diferente a como se trabaja en Japón, donde los rodajes son más sencillos. Otro defecto para él -aunque, esto a modo más personal -fue que fueran demasiado fieles visualmente a su película de 1995, pero sin captar su mensaje; como la escena de los créditos inciales, que él la hizo en su película teniendo El Nacimiento de Venus, de Sandro Botticelli, como referencia, mientras en la versión americana se limitaron a recrearla.
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