Después, durante la década de los 80 se dedicó a dirigir comedias, como Melvin y Howard (1980), Chicas en Píe de Guerra (1984), Algo Salvaje (1986) o Casada con Todos (1988). Sería a principios de los 90 cuando llegaría a la cumbre de su carrera con dos títulos que ya forman parte de la historia del cine: el thriller con tintes de terror El Silencio de los Corderos (1991), su gran obra maestra y uno de los títulos clave de la historia del cine, y el drama judicial Philadelphia (1993). Después llegarían los fracasos de Beloved (1998), La Verdad sobre Charlie (2002) o El Mensajero de Miedo (2004), que fueron apagando su estrella en Hollywood, y la realización de documentales. Su última película fue Ricki (2015), escrita por Diablo Cody y protagonizada por Meryl Streep.
De nuevo, el mundo del cine ha sufrido una gran pérdida. Un cineasta que, aunque será recordado solo por dos películas, aportó mucho al séptimo arte; además de que siempre le ponía personalidad a sus películas y se tomaba muy en serio cualquiera de sus proyectos. De nuevo, se queda un hueco difícil de rellenar.
DESCANSE EN PAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario