
Y este año no es para menos, ya que su última película, Airbender, el último guerrero, ha sido la gran triunfadora de este año llevándose los galardones de peor película, peor director, peor guión y peor actor de reparto (Jackson Rathbone). Aunque, lo que se lleva la palma ha sido el llevarse el recién creado premio de "peor uso de las 3D", un premio que parecía destinado a Furia de Titanes, de Louis Leterrier. Recordad que esta película fue convertida a las 3 dimensiones con un resultado realmente desastroso y la gente que la vio así salió echando pestes. No hay duda de que ese film debía haberse llevado ese premio -y esto lo dice alguien a quién gustó ese film -. Pero no, este año toca meterse con Shyamalan, pues a meterse con él a pesar de que su película no sea tan mala como dicen.
Ya esta gente demostró bien a las claras su hipocresía y su doble moral el año pasado dándole casi todos los premios a Transformers: La Venganza de los Caídos, dejando de lado a Dragonball Evolution -que era la que, evidentemente debía haber arrasado -, solo porque a Megan Fox se le fue la lengua en las entrevistas. O hace tres años, cuando premiaron a Lindsay Lohan o a Eddie Murphy basándose en su escandalosa vida privada. Desde luego, yo esta ya es la última vez que me molesto en hablar de estos comemierdas que van de jueces por la vida.
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